Archivo: The Conversation

La conservación de los bosques es crucial en el contexto actual de cambio climático. Sin embargo, el calentamiento global supone un reto adaptativo para muchas especies de árboles. Especialmente en la región mediterránea, cuyo clima se caracteriza por la sequía estival. ¿Cómo hacen estas plantas para resistir en un ambiente cada vez menos amable?

Hace más de veinte años conocimos un primer borrador del genoma humano, lleno de “agujeros” que representaban secuencias de ADN que no habían podido ser obtenidas, con un tamaño total estimado de tres mil millones de nucleótidos –de letras A, T, G y C–. Ese genoma ha sido paulatinamente revisado, en sucesivas rondas, mejorando siempre la calidad de la secuencia y resolviendo la mayoría de espacios en blanco que impedían tener la lectura completa de nuestro material genético.

A pesar de lo que sugiere su nombre, la trinitita no es un mineral. Ni es natural. Es un material que se formó durante un hecho histórico decisivo: la primera explosión nuclear de la historia, el 16 de julio de 1945, en Alamogordo (Nuevo México, EE. UU.). Este material único nos sigue contando qué ocurrió en aquel momento tristemente histórico.

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Casi 120 años han pasado desde que el médico alemán Alöis Alzheimer describió por primera vez la enfermedad neurodegenerativa que hoy lleva su nombre. Todo comenzó a raíz del caso con una paciente demente llamada Auguste Deter.

Habiendo trabajado en IA durante décadas, este aumento de popularidad y el sensacionalismo que le ha seguido nos han pillado por sorpresa. Últimamente no es raro leer titulares como: ¿Puede la inteligencia artificial acabar con la civilización humana? La percepción pública en este asunto parece desproporcionadamente dominada por el miedo a amenazas totalmente especulativas.

Retrocedamos a 1970. En marzo de ese año, el prestigioso neurocirujano Robert J. White llevó a cabo una operación insólita. En un hospital de Cleveland (EE UU), White logró por primera vez conectar la cabeza de un mono en el cuerpo de otro. La intervención duró 18 horas, y cuando el mono despertó, podía ver, oír, oler e incluso morder. La noticia causó sensación.

Desde que la humanidad ha mirado las estrellas, el concepto de infinito ha penetrado con fuerza en nuestras mentes. Lo que está más allá de nuestra imaginación, aquello que es inalcanzable e inabarcable… Todo ello, y mucho más, es en realidad el infinito.

El cerebro, al igual que el resto del organismo, está formado por miles de millones de células. Cada tipo con una función determinada, pero todas ellas perfectamente sincronizadas y conectadas. Podría compararse a uno de esos relojes antiguos con cientos de engranajes de todo tipo que trabajan al unísono para dar la hora exacta.

En las dos últimas décadas se ha producido un rápido aumento del cáncer de garganta en Occidente, hasta el punto de que algunos lo han calificado de epidemia. Esto se ha debido a un gran aumento de un tipo específico de cáncer de garganta llamado cáncer orofaríngeo, que afecta a la zona de las amígdalas y la parte posterior de la garganta.

El ADN que poseemos viene a partes iguales de nuestro padre y nuestra madre. Pero, además, nuestras células aún contienen material genético de antepasados que ocuparon la Tierra hace cientos de miles de años.

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